Miedo a la oscuridad: ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a superarlo?

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¿Qué debemos saber del sueño durante la infancia?

En muchos hogares la hora de ir a la cama se convierte en una auténtica batalla en la que ambos bandos, padres e hijos, acaban derrotados.

Los niños que duermen menos tiempo del necesario son más vulnerables a una gran cantidad de problemas como la ansiedad, el cansancio durante el día, el menor rendimiento académico, los cambios de humor, la irritabilidad, las manifestaciones de ira o ciertas enfermedades físicas. Los padres también son más vulnerables a este tipo de problemas.

En ocasiones, a los padres, de los niños que tienen miedo a la oscuridad y/o que no quieren dormir solos, les surgen muchas dudas: ¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a dormir? ¿Cuándo debe mi hijo ir a la cama? ¿Dónde debe dormir? ¿Tengo que acostarme en su cama con él hasta que se duerma? ¿Debo decirle a mi hijo que duerma conmigo para evitarle sufrir por las noches? ¿Es bueno que acuda a la habitación de mi hijo cada vez que me llame?

Es importante conocer qué número de horas de sueños necesita un niño en función de su edad. A continuación, os indicamos el número de horas mínimo que la mayoría de los niños necesitan dormir para que su cerebro funcione adecuadamente durante el día y se despierten con la sensación de haber descansado bien y llenos de energía:

  • De 6 a 8 años: 11 horas.
  • De 9 a 11 años: 10 horas.
  • 12 o más años: 9 horas.

Es imprescindible la realización de una serie de rutinas antes de ir dormir, esto sirve para indicar al cerebro que ha llegado la hora de comenzar a relajar el cuerpo y mantener la mente en calma para poder así conciliar el sueño. El cerebro recibe el mensaje y comienza a producir una sustancia llamada “melatonina”, la cual nos ayuda a conciliar el sueño y a permanecer dormidos durante la noche.

Una hora antes de dormir, los niños tienen que empezar a realizar actividades monótonas y no excitantes con la finalidad de disminuir su nivel de activación y empezar a prepararse para afrontar exitosamente la hora de dormir, tales como como jugar a un juego de mesa, hacer un puzzle, hacer un dibujo, leer un libro o darse un baño de agua caliente.

¿Qué hacer los 30 minutos antes de ir a dormir?

Durante los 30 minutos previos a la hora de dormir, el niño deberá pasar por 3 fases:

  1. Fase I (10 minutos): El objetivo de esta fase es que el niño lleve a cabo una serie de rutinas para que el cerebro interprete que es hora de ir a la cama. Esto debe durar aproximadamente 10 minutos y terminar cuando el niño se mete finalmente en la cama. Durante estos 10 minutos el niño puede realizar actividades tales como dar las buenas a sus familiares y a su mascota, lavarse los dientes, preparar la cosas del colegio del día siguiente, escoger el cuento que quiere leer durante la noche, etc. Esto debe convertirse en una rutina, por lo que el niño debe realizar todas las noches las mismas actividades antes de ir a dormir.
  1. Fase II (15 minutos): Es esta fase el niño debe meterse en la cama y comenzar a relajarse y tranquilizarse. El niño tiene que acomodarse e en la cama. Los padres, si lo prefieren, pueden acompañar al niño durante estos 15 minutos. En esta fase el niño puede leer un cuento, hablar un rato con sus padres sobre cómo le ha ido el día, escribir algo en el diario, hacer ejercicios de respiración y/o relajación, etc. Igual que en la fase anterior, lo que se pretende es que estas actividades se conviertan en rutinas para que el cerebro asocie dichas actividades con la hora de dormir, por lo que todas las noches deberá hacer la misma actividad.
  1. Fase III (5 minutos): Esta fase dura muy poco tiempo. Lo único que tiene que hacer el niño es encontrar su postura favorita en la cama y cerrar los ojos. Mientras, los papás pueden darle un beso de buenas noches, una caricia, o decirle alguna frase agradable. Lo ideal es que los padres digan las mismas palabras cada noche. ¡Recuerda, queremos que estas actividades se conviertan en rutinas! El cerebro asociará estas palabras con el momento de empezar a dormir.Debemos tener en cuenta…

Debemos tener en cuenta…

Es importante poner atención a lo que el niño/a hace antes de ir a dormir. Por ese motivo, señalamos los hábitos de higiente del sueño que hemos considerado más relevantes llevar a cabo, antes de dormir, para ayudar a los niños a dormir de forma adecuada y alcanzar un óptimo nivel de descanso durante la noche:

  • Luz. El cuerpo humano comienza a producir melatonina cuando no hay mucha luz, por ello, es recomendable que la habitación de nuestro hijo permanezca sin luz o con una luz tenue. Podemos dejar encendida una pequeña luz para que el niño pueda tener algo de visibilidad y no se desoriente si se despierta durante la noche, sin embargo, no es adecuado tener la luz de la habitación completamente encendida.
  • Aparatos electrónicos. La televisión, el teléfono móvil, los ordenadores y los viedeojuegos, debido a las luces y a los sonidos que emiten, hacen que nuestro cerebro esté en continuo estado de alerta, impidiendo que alcancemos el estado de relajación necesario para conciliar el sueño rápidamente. Es importante que nuestros hijos dejen de hacer uso de estos aparatos electrónicos al menos 1 hora antes de ir a la cama.
  • Alimentación. No es bueno cenar en exceso ni tampoco no cenar nada. Lo mejor es tomar algo ligero antes de ir a la cama como un yogur, un vaso de leche, una fruta, unos cereales, etc.
  • Ejercicio físico. Es muy bueno hacer deporte o ejercicio físico durante la mañana o la tarde, pero debemos evitar que el niño haga este tipo de actividades cerca de la hora de ir a la cama. Debemos procurar que nuestro hijo tenga una vida activa durante el día, pero que conforme vaya atardeciendo, reduzca su nivel de activación. Sin duda, hacer ejercicio durante el día no sólo ayuda al niño a sentirse mejor, sino que además le ayuda a estar más relajado y tranquilo cuando llega el momento de acostarse.

Si habéis intentado abordar en multitud de ocasiones las dificultades que tiene vuestro hijo para dormir por las noches y no observáis ningún cambio, os animamos a contactar con un profesional para que os proporcione información sobre los miedos en la infancia e iniciar el tratamiento psicológico para los miedos infantiles si fuera necesario.

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