El equilibrio de la maternidad: cuidarte a ti para cuidar a tu bebé.

Entrada de Blog de Psicología sobre maternidad
¿Qué encontrarás en esta entrada?

“No hay manera de ser una madre perfecta, pero sí un millón de maneras de ser una buena madre”

Jill Churchill

Maternidad

Hablar de maternidad no es sencillo. Hay tantas maneras de vivir la maternidad como madres hay en el mundo.

Esta entrada de Blog de Psicología tiene, como objetivo principal, dar algunas ideas referentes a cómo cuidarnos a nosotras mismas, después del nacimiento, aunque nos veamos inmersas en la difícil tarea de cuidar a nuestro bebé. No es incompatible cuidarnos y cuidar de nuestro hijo/a, aunque a priori parezcan dos tareas excluyentes.

Formamos parte de una generación sobre informada. Tenemos acceso a multitud de contenido de calidad sobre embarazo y cuidado del bebé tras su nacimiento. Son muchos los especialistas que nos ofrecen contenido muy útil en estas etapas que resulta, sin duda, de gran ayuda. Pero, no es tan fácil encontrar contenido referente a la salud mental de la mujer y la importancia del autocuidado tras haber sido madre.

Normalmente, el foco suele estar puesto en el bienestar del niño, dejando de lado las necesidades emocionales y físicas de las madres. Por eso, en este artículo, exploraremos por qué es esencial que las madres se cuiden a sí mismas y cómo pueden hacerlo mientras atienden y cuidan, de la mejor manera posible, a sus bebés.

El equilibrio entre el cuidado de tu hijo y el autocuidado puede parecer imposible. Pero es crucial para tu bienestar y para el de tu familia. Acompáñanos mientras desvelamos estrategias que te ayudarán a encontrar ese equilibrio y a sentirte bien contigo misma durante esta emocionante y desafiante etapa de la vida.

Posparto

El posparto no es un periodo fácil. La mujer tiene que hacer frente, de nuevo, a muchos cambios. Necesita ser cuidada. El cuerpo ha quedado resentido del parto. Y, mentalmente son muchos los cambios que asimilar.

Además, nos encontramos en una situación de privación de sueño y en la que aparecen con mucha frecuencia miedos. Estos miedos a veces son irracionales y otras veces no, están fundamentados en peligros reales con los que nos podemos encontrar al hacer frente al cuidado del bebé. También son muchas las dudas e inseguridades que aparecen: ¿lo estaré haciendo bien? ¿podría estar haciendo algo mejor? Todo esto favorece la comparación con otras madres.

Sin lugar a duda, el posparto es una etapa en la que la mujer sufre mucho estrés. Y, en la que resulta clave que la mujer se cuide a sí misma para poder cuidar.

Los desafíos del posparto

Para entender mejor el impacto del posparto, es útil examinar algunos de los principales desafíos que enfrentan las mujeres durante este periodo. Estos desafíos abarcan tanto aspectos físicos como emocionales, y afectan no solo a la madre sino también a su familia y entorno. A continuación, exploraremos algunas de las dificultades más comunes del posparto y cómo afectan el bienestar de la madre.

Cambios hormonales:

Durante el posparto, las mujeres experimentan cambios hormonales significativos que pueden afectar su estado de ánimo y energía. Esto puede llevar a fluctuaciones emocionales, desde la euforia hasta la tristeza profunda, e incluso puede desencadenar condiciones como la depresión posparto.

Falta de apoyo social:

Muchas madres se sienten aisladas después del parto. La falta de contacto con amigos y familiares, especialmente si viven lejos o si tienen trabajos que les impiden estar presentes, puede aumentar el estrés y la sensación de soledad.

Responsabilidad constante y atención ininterrumpida:

El cuidado constante de un recién nacido puede ser abrumador. La presión de ser responsable de la vida y el bienestar de un bebé, sin descanso ni tiempo para uno mismo, puede ser agotadora física y emocionalmente.

Expectativas sociales:

La sociedad a menudo tiene expectativas poco realistas sobre cómo debería ser la maternidad. Estas expectativas pueden generar presión para que las madres «regresen a la normalidad» rápidamente o para que sean «madres perfectas», lo cual aumenta la ansiedad y la autocrítica.

Impacto en las relaciones personales:

El posparto puede poner a prueba las relaciones con la pareja y la familia. Los cambios en las rutinas, el cansancio y el estrés pueden causar tensiones y malentendidos, lo que afecta la red de apoyo de la madre.

Cambios en la identidad:

Las madres pueden experimentar un cambio en su sentido de identidad. Pasar de ser una persona independiente a ser responsable de un bebé puede ser una transición difícil, con sentimientos de pérdida de la propia identidad.

Cambios en el cuerpo:

El cuerpo de la mujer puede tardar tiempo en recuperarse del parto. Los dolores persistentes, las complicaciones físicas y la recuperación postoperatoria (en caso de cesárea) pueden prolongar el estrés y afectar la movilidad y la calidad de vida.

Ideas y sugerencias para cuidarte mientras cuidas

No tienes que hacerlo perfecto. Hazlo lo “suficientemente bien”.

No hay una única manera válida de criar. Todas las madres lo hacen lo mejor que saben y pueden. Y, esto es suficiente. Es recomendable que tu atención no vaya dirigida hacia ser una madre perfecta, se una madre “lo suficientemente buena”. Es recomendable entender la maternidad como una práctica en la que no hay que buscar la perfección absoluta, sino adaptarnos y adecuarnos de la mejor manera posible a las necesidades de los más pequeños.

Prioriza tu descanso

Aunque el sueño puede ser escaso con un recién nacido, intenta descansar siempre que puedas. Aprovecha las siestas del bebé para dormir un poco o, si alguien te puede ayudar con el cuidado del bebé, tómate un tiempo para descansar.

Busca soporte emocional

Hablar con alguien de confianza o un grupo de apoyo para madres puede ser muy útil. El simple hecho de compartir tus experiencias y escuchar a otras madres puede hacerte sentir comprendida, acompañada.

Establece límites sanos.

No tienes que decir «sí» a todas las demandas externas. Di “NO” cuando lo necesites. Establecer límites con la familia, amigos o incluso el trabajo puede ser necesario para proteger tu tiempo y energía mientras te adaptas a tu nueva vida.

Mantén una alimentación equilibrada

Aunque puede ser tentador comer lo más rápido y fácil, trata de incluir alimentos nutritivos y saludables en tu dieta. Una buena alimentación puede ayudarte a mantener la energía y mejorar tu bienestar físico y emocional.

Haz actividad física ligera

Incluso unos minutos de estiramientos, yoga suave o una caminata rápida pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar tu estado de ánimo. El ejercicio ligero también puede ser un momento para ti, alejándote un poco del ajetreo diario.

Permítete sentir todas las emociones

El posparto puede traer un torbellino de emociones, desde la alegría hasta la tristeza o la frustración. Está bien sentir todo el espectro de emociones. No te juzgues por lo que sientes; es parte del proceso de adaptación.

Cuida tu vida social

Aunque es fácil aislarse durante el posparto, intenta mantener contacto con amigos y seres queridos. Las conversaciones adultas y el apoyo emocional de tu círculo cercano pueden ser revitalizantes.

Busca tiempo para tus hobbies dentro de lo posible

A medida que te adaptes a la maternidad, busca momentos para disfrutar de tus actividades favoritas. Leer, pintar, cocinar o cualquier otra actividad que te guste puede ser una excelente forma de relajarte y recargar energías.

Aprende a delegar

No tienes que hacer todo tú misma. Si tienes pareja, familiares o amigos que puedan ayudar con las tareas del hogar o con el cuidado del bebé, permite que te apoyen. Delegar puede darte el espacio necesario para cuidarte a ti misma.

Y por último…

La maternidad es un proceso repleto de amor, desafíos y nuevos aprendizajes. A medida que avanzas por el posparto y te adaptas a la nueva situación, es importante recordar que tu bienestar es fundamental para la salud y el desarrollo de tu bebé y para el equilibrio de tu familia. El autocuidado no es un lujo, es una necesidad.

Si en algún momento sientes que el estrés, la ansiedad o cualquier tipo de presión emocional te resultan abrumadores, te animamos a solicitar atención psicológica. Iniciar una terapia psicológica puede ser clave para cuidar tu salud mental y para alcanzar el equilibrio necesario durante esta etapa. No olvides que no estás sola, y que pedir ayuda es una muestra de fortaleza y cuidado personal. Si crees que necesitas atención psicológica, puedes contactar con nuestro equipo profesional. 

Te invitamos a compartir tus propias experiencias y sugerencias en los comentarios. Tus palabras pueden servir como guía y apoyo para otras madres que estén enfrentando circunstancias similares. Al hacerlo, todos contribuimos a crear un espacio donde las madres se sientan apoyadas y comprendidas.

Cuidar de ti misma es la mejor manera de cuidar a quienes te rodean.

Artículo publicado el 09/05/2024 por Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria, Nº col.: MU2732.

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