¿Cómo le decimos a nuestro hijo que vamos a separarnos?

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Hay muchos mitos que aún rondan en torno a las consecuencias que puede tener la separación o el divorcio en los niños. Muchos padres y madres, cuando acuden a consulta, expresan su miedo a separarse por no perjudicar o dañar el bienestar y la calidad de vida de los niños.

Creer que los hijos de padres separados siempre terminan teniendo problemas es una creencia errónea que está muy extendida pero que es absolutamente falsa.

Es cierto que a veces sucede que los hijos de padres separados manifiestan comportamientos inadecuados que llaman nuestra atención (ansiedad, sentimientos de tristeza, problemas de conducta, alteraciones en el sueño y/o en la alimentación, bajo rendimiento académico, etc.). Pero, normalmente esto sucede en aquellos casos en los que los padres no han gestionado adecuadamente su separación y, por otro lado, seguramente no hayan tenido en cuenta la importancia de cuidar, proteger y mantener al margen al menor para que su bienestar no se vea amenazado.

Una separación no es fácil para ninguna de las partes. La separación o el divorcio es uno de los desencadenantes de estrés más fuertes que una persona puede vivir. En ocasiones ambos miembros de la pareja se sienten embriagados por un torbellino de emociones (rabia, frustración, decepción, tristeza, miedo…) y esto hace que no tengan la mente clara para tomar buenas decisiones y para actuar de la mejor manera posible. Y, utilizar a los niños como moneda de cambio o arma arrojadiza si favorece que éstos puedan desarrollar un problema psicológico más adelante. No podemos olvidar que los problemas de pareja son de pareja, en ningún caso el niño o los niños tienen que ser partícipe de ellos.

En definitiva, es posible que la pareja llegue un momento determinado en el que haya dejado de entenderse y decidan ambas partes poner fin a su relación, sin embargo, como padres están «obligados» a entenderse a pesar de tener grandes diferencias como pareja. No pasa nada si la pareja ha dejado de funcionar como un equipo, pero como padres nunca pueden dejar de actuar como tal.

Si los padres hacen todo lo que está en su mano para que su decisión de separarse no perjudique al menor, es muy poco probable que el niño tenga algún problema psicológico como consecuencia de la separación de sus padres.

¿Cómo le decimos a nuestro hijo que vamos a separarnos?

  • Comunicar la noticia al niño cuando la decisión se haya tomado de manera definitiva. Es importante no marear al niño. Si los padres no tienen claro qué van a hacer es mejor esperar para hablar con ellos hasta que todo se haya calmado y la decisión sea definitiva.
  • Cuanto antes mejor. Nunca es un buen momento para comunicar a los hijos esta noticia pero, si la decisión ya está tomada ¿para qué esperar más?. Los niño perciben y captan todo lo que sucede a su alrededor, por ello, sienten un gran alivio cuando se les ofrece información clara y precisa sobre lo que está sucediendo y sobre qué va a suceder a partir de ese momento.
  • No ofrecer al niño información contradictoria. Los padres, antes de tener la conversación con su hijo, deben haber consensuado la información que se le va a trasmitir para actuar al unísono evitando que el niño reciba información contradictoria que pueda generarle inseguridad y desconfianza.
  • Elegir un ambiente relajado. Es importante que se escoja un lugar para comunicar la noticia que permita que la comunicación sea fluida, que no hayan ruidos ni interrupciones y que, por supuesto, favorezca un clima distendido y tranquilo. Quizás el lugar en el que los niños se van a sentir más seguro para dar rienda suelta a sus sentimientos es su propia casa. Hay que entender que los niños pueden sentirse tristes o enfadados con vosotros, no pasa nada, solo necesitan un poco de tiempo para asimilar la noticia.
  • Comunicar la noticia en un momento en el que no haya prisa. Lo ideal es que tras hacer saber a los niños que sus padres van a separarse tengan la oportunidad de hacer todas las preguntas que se les pase por su pequeña cabeza y que puedan expresar sin censura sus emociones. Por ello, lo más recomendable es que se lo digamos por la mañana para que a lo largo del día ellos puedan digerir la noticia y compartir con nosotros sus inquietudes. Y, también que no sea un día de colegio o en el que tengan que irse corriendo a hacer alguna actividad. Por ejemplo, un buen día para decírselo podría ser un sábado o un domingo por la mañana.
  • Mostrar calma y seguridad. Es fundamental que los padres se comporten de manera tranquila y natural para trasmitir a los niños seguridad y que todo está bajo control. No hay nada más contagioso que las emociones, si los niños perciben que sus padres están nerviosos ellos se pondrán nerviosos también. Y, si perciben que sus padres están tristes, ellos se pondrán también tristes. Mediante la comunicación verbal y no verbal podemos transmitirles emociones positivas y mucha paz.
  • Transmitir la decisión sin divagar ni hacer alusión a datos irrelevantes o subjetivos. La noticia de la separación se tiene que adaptar a la edad del niño. Pero, es fundamental que se le haga saber al niño que los padres van a separarse de manera directa, clara, sencilla y concisa: “Papá  y mamá han decidido separarse. A partir de ahora vamos a vivir en casas diferentes para ser todos más felices. Esto no es una decisión fácil y no tiene absolutamente nada que ver contigo, porque ambos te queremos. Los dos vamos a estar a tu lado siempre”.
  • Aclarar cómo se va a ver alterada su rutina. A los niños, al contrario de lo que se suele pensar, lo que más les interesa es saber hasta que punto su rutina se va a ver alterada tras la separación. Por ello, hay que darle información sobre cómo van a ser las cosas a partir de ahora (dónde van a vivir, cuándo van a ver a su padre y a su madre, si se van a cambiar o no de colegio, si van a tener o no que dejar de hacer sus actividades extraescolares, etc.).
  • Hacer hincapié en que ellos no tienen la culpa. Muchos niños tienden a pensar que sus padres se han separado por su culpa. Por ello, hay que hacer especial hincapié en explicarles que ellos nada tienen que ver en esta decisión.
  • Transmitirles que no hay nada que ellos puedan hacer. A veces los niños asumen la responsabilidad de reconciliar a sus padres. Creen que ellos pueden hacer algo para que todo vuelva a ser como antes. Incluso, algunos niños empiezan a tener un mal comportamiento para captar la atención de sus padres y que éstos opten por permanecer unidos. Por este motivo, es necesario que se insista en que el niño no puede hacer nada para cambiar la decisión que los padres han tomado de separarse.

No os sintáis culpables como padres por haber decidido separaros, lo importante no es vivir unidos sino estar unidos. Tras la separación la familia no se destruye,  simplemente se reconstruye de una manera distinta. No obstante, si a pesar de haber leído las pautas os gustaría recibir orientación y asesoramiento psicológico para hacer frente al proceso de separación desde la calma y sin que vuestro bienestar se vea alterado, os animamos a contactar con nosotros. ¡Nos encantaría poder ayudaros a pasar por este proceso de la mejor manera posible!

Actualizado el 11/07/2022 por Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria, Col.nº2732.

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